La escuela es un espacio de convivencia y aprendizaje que se construye todos los días. La tecnología
se mueve a una velocidad sin precedentes, la inteligencia artificial redefine el trabajo y el acceso a la
información es tan inmediato e impreciso que la educación se vuelve más imprescindible que nunca.
Va incluso más allá de los conocimientos. La búsqueda hoy está orientada al desarrollo del
pensamiento crítico, la creatividad y la capacidad de adaptación.
En 2025, educar es mucho más que enseñar contenidos. Tiene que ver con acompañar, orientar y
preparar a las nuevas generaciones para un futuro con infinidad de caminos, muchos que todavía ni
siquiera fueron trazados. Educar significa recuperar la importancia del contacto humano, fomentar
hábitos saludables en un contexto de sobreexposición digital y fortalecer el bienestar emocional
ante los desafíos de la época.
Y si bien es verdad que los cambios parecen llevarse todo puesto, hay algo que no cambió: la
educación sigue siendo la llave para entender el mundo.
Comenzamos.